Irène Némirovsky es una de mis escritoras favoritas y, cuando se anunció la publicación al español por primera vez de sus cuentos completos, tuve la necesidad de conseguir el libro cuanto antes. Así que pronto me aventuré a leerlo.
Como no pretendo redactar un resumen de cada uno de los más de cuarenta cuentos reunidos —pues además el traductor Mauro Armiño tuvo a bien detallar los cuentos y la biografía de Némirovsky en el prólogo de esta edición—, quisiera simplemente esbozar algunas impresiones sobre las tramas generales que desarrolla. Y así proponer dos grandes ejes temáticos que enlazan los relatos: la guerra y sus tragedias, y el pánico a la vejez, al paso del tiempo y —en consecuencia— a la muerte. Ahora bien, estos dos grandes temas van matizados algunas veces por otra obsesión de Némirovsky: la conflictiva relación entre madre/institutriz/anciana e hija/joven; una fijación que bebió —hay que puntualizarlo— de la relación conflictiva que mantuvo con su progenitora.
Tomaré dos de sus cuentos para argumentar lo propuesto. El primero de ellos es «El desconocido», donde aborda el tema de la guerra desde la perspectiva de dos hermanos. El mayor de ellos le relata al otro cómo, luego de asesinar a un soldado alemán en plena guerra y tras hurgar en sus pertenencias, encuentra la foto de su padre (del padre de estos hermanos franceses). Uno de estos hermanos interpreta que quizá su padre, quien aparentemente había fallecido en el campo de batalla durante la Primera Guerra Mundial, desertó, se refugió en Alemania, cambió su identidad y formó una nueva familia. Ese soldado desconocido, entonces, vendría a ser su medio hermano.
—Nunca lo pensamos —dijo François en voz baja—, pero con los cuatro años de la otra guerra, la invasión, luego nuestras tropas en el Rin, es posible que dos hermanos hayan debido encontrarse el uno frente al otro en campos enemigos.
La reacción inicial del hermano es indagar más en la procedencia del soldado alemán, recabar más información sobre su padre al culminar la guerra. Pero también se instala el miedo de confirmar el fratricidio que ha cometido y quizá prefiera dejar todo en un suspenso eterno. Esa incógnita lo atormenta mientras a su alrededor ve los estragos de una guerra que parece nunca terminar.
Yo, después de la muerte de ese alemán, tengo el mismo sueño todas las noches: vuelvo a ver esa bodega negra, con la trampilla medio levantada, y sé que el alemán va a hacerla bascular y a degollarme. Lucho, soy el más fuerte, mato al alemán; luego, cuando está muerto, lo cojo en mis brazos, le quito la ropa y lo acuesto en la cama de mamá, la gran cama rosa a la que te llevé después de tu escarlatina, cuando eras pequeño; luego me inclino, miro y ya no sé lo que veo: tú o él...
El segundo cuento, «Las orillas felices», narra el encuentro fortuito de Christiane, una joven de 22 años de la «buena sociedad», y Ginette, «una vieja prostituta marchita». Ellas coinciden en un bar de mala muerte en donde entablarán una corta conversación que devendrá en distintas apreciaciones sobre su respectiva realidad. Por un lado, Christiane es una joven engreída de la alta sociedad, de esa burguesía frívola de los salones parisinos que tanto critica Némirovsky en muchas otras de sus obras. Como contraparte, Ginette es un personaje marginal, desgraciado, que se sostiene a partir de la caridad de otros, carente de ideales, y que no goza de buena posición económica ni social.
La narración de este cuento destaca más la mirada de Ginette, de cómo percibe y envidia a su contraparte, en un afán por sostenerse emocionalmente; se desarrolla su sorpresa, su aceptación, su envidia ante una figura joven y esbelta que irrumpe en su rutina miserable. Al ser un personaje periférico, Ginette busca pertenecer al círculo de la joven Christiane ya no solo porque el discurso y la presencia de esta son contenedores («Un leve rumor subió a las mejillas de Ginette, y su corazón fatigado latió con más alegría. Aquel deseo, en el umbral del año nuevo, la sonrisa de aquella chica, eso debía desbaratar la mala suerte»), sino porque en ella encuentra todo lo que carece: Ginette es vieja y deslucida, pero Christiane es joven y bella; Ginette es pobre, pero Christiane goza de riqueza; Ginette busca encuentros fugaces con varios hombres, pero Christiane está comprometida con un atractivo y acaudalado joven; Ginette está presa de la soledad, pero Christiane siempre anda rodeada de amigos tan frívolos como ella...
En este cuento, entonces, la dicotomía juventud/ancianidad se ve enriquecida por el distanciamiento social. Ginette ya no solo envidia la lozanía de Christiane, sino que ambiciona su buena suerte, su posición económica, su estatus en fin. Y esto se refuerza con la mirada prejuiciosa y vanidosa de Christiane:
A los quince años había aprendido, al mismo tiempo que la cantidad de su dote, cómo hay que mirar a los que no se quiere reconocer, cómo se los traspasa con una ojeada inmóvil y fría que parece buscar un objeto más allá de ellos.
El espacio, además, en este caso el bar, se construye como una proyección de la miserabilidad de Ginette. Némirovsky crea un ambiente, una atmósfera donde se enfrentan la desventura, la frivolidad, la soledad, en una tragedia que deja patente un sabor a derrota en el destino de Ginette.
Ginette permaneció sola, inmóvil ante su copa, con los hombros encorvados. Un mundo lleno de felicidad, ligero, feliz brillaba a dos pasos de ella, separado de ella, como encerrado en el seno de una bolsa transparente. Centelleaba, brillaba, se irisaba antes sus ojos, pero no era para ella. Nada, nunca, sería para ella... Oía las jóvenes voces sonoras y alegres.
Necesaria y recomendada edición al fin de los cuentos completos de Irène Némirovsky, quien fue postergada durante muchos años, pero que es a día de hoy una autora imprescindible. Además, qué mejor que tenerla en una cuidada edición en tapa dura y de la mano de Mauro Armiño, traductor que ha dedicado gran parte de su vida a entregarnos en español a íconos literarios como Marcel Proust, Honoré de Balzac, Maupassant, entre muchos otros.
Ficha
Autora: Irène Némirovsky (1903-1942)
Editorial: Punto de Vista Editores
Traductor: Mauro Armiño
Año: 2023
Páginas: 688
Valoración: